Un paraiso perdido donde puedes encontrar todo y nada, capaz de lo mejor y lo peor, porque el término medio es solo un espejismo visto desde los extremos

17.12.07

Lo que es, no es, simplemente parece ser

Navegando por ahí me topé en el estupendo Microsiervos con el siguiente vídeo. Se trata de una nueva demostración de que lo que vemos no es más que nuestra interpretación de nuestra realidad y con nuestras propias reglas. Nuestros cerebros están mal acostumbrados a lo típico, son vagos por naturaleza y muchas veces nos hacen confundir sin que nos demos cuenta. Ahí reside una de las claves de la grandeza y torpeza del homo sapiens.

"En la secuencia, las niñas parecen cambiar de tamaño al moverse por la habitación. ¿Qué está sucediendo? En realidad se trata de una habitación construida de una manera peculiar: su perspectiva está tremendamente deformada, incluyendo los muebles que contiene, el lado izquierdo que es más grande que el derecho y hasta algo de pendiente. Pero el ángulo de la cámara se ha elegido cuidadosamente para que parezca normal en cada toma.

Nuestros ojos ven la escena y el cerebro interpreta que está ante una habitación típica, «y todas las habitaciones son rectas». Los movimientos de las niñas confunden al cerebro, porque parecen cambiar de tamaño, pero el cerebro tiene grabado tan profundamente que esa habitación «ha de ser como todas las demás habitaciones» que la mente prefiere creer ¡que las niñas cambian de tamaño!"

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12.12.07

Y si me equivoco....


Aun tenía en la recámara una receta de esas infalibles de la abuela. Así que listo y dispuesto me fui a comprar 1 kilo setecientos de felicidad y buenas maneras. Todo sea por agradar, me dije. Pero eso no era suficiente, le faltaban algunos ingredientes, así que le eché un par de huevos y una pizca de ingenuidad, y mientras iba cocinándome el futuro, me di cuenta de que aun faltaban algunos hervores para saciar mi gula sentimental. Fue entonces cuando me asaltaron las cacerolas:

¿Y si me equivoco?

Y si me equivoco, ¿qué? Que más da, hay que equivocarse para llegar al quid de la cuestión. Es más, me voy a equivocar.

¿O me estaré equivocando?

En un mundo equivocado de por sí, inequívocamente eso lo sabré a su debido tiempo...

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10.12.07

Redefiniendo objetivos


Ha llegado de nuevo el momento de dar otro volantazo en mi camino. No es que lo haya decidido ahora, es que no tengo más remedio, o es ahora, o el revereso más tenebroso de mi existencia me abrazaría sin remedio, poco a poco y sin que ni siquiera me diera cuenta. El último volantazo que anuncié hace algún tiempo, no fue realmente el cambio de rumbo que había pronosticado, pero por lo menos saltaron las alarmas oportunas, y me sirvió para darme de bruces con mi estima. En esta ocasión es distinto, es un cambio de dirección radical y necesario, sin titubeos ni especulaciones.

Ayer completé todos los pasos previos necesarios: hice las llamadas que tenía pendientes (eran unas cuantas y algunas bastante inoportunas, pero había que hacerlo), realicé todas las compras navideñas y de las otras (cuando hay poco dinero es muy fácil), me despedí de mi Yo más criticado (espero que hasta siempre), saludé a los coleguitas que se pusieron a tiro, disfruté de un último homenaje hedonista y estrené sábanas para sumirme en el sueño más reparador y regenerador que había tenido en los últimos años.

Así que todo está listo. Este y algún que otro medio electrónico más, serán los únicos vínculos de contacto con la realidad que dejaré atrás durante los próximos meses. Mi camino discurrirá ahora por una vía de servicio diseñada exclusivamente por y para mí, donde no hay sitio para sandeces ni gilipolleces, y por supuesto, sólo daré pistas sobre mi paradero a aquellos que estén dispuestos a buscarlas.

Volantazo y desconexión en 5, 4, 3, 2, 1.............(¡Qué a gustito se está aquí...!)

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