Un paraiso perdido donde puedes encontrar todo y nada, capaz de lo mejor y lo peor, porque el término medio es solo un espejismo visto desde los extremos

21.4.06

Memento Mori

Hoy es uno de esos días raros, me he levantado con ganas de insultar a todo el mundo y aunque la mayoría no os lo merezcais, ahí va mi desasosiego: ¡cabrones hijos de puta!. Esto no suele ser habitual en mí, pero necesitaba expulsar algunas diatribas contra el mundo, y es que a veces sigo sintiendo esa necesidad de propinarle una patada en los cojones al planeta y mandarlo a ninguna parte. Mi horizonte vital si es que existe, es un espejismo inalcanzable, una falacia que me desorienta sin motivo alguno aparente. Pero ya no me duele nada, he aprendido a sofocar el dolor automedicándome con suero musical.
A veces siento nostalgia del pasado, de todas aquellas interacciones con el mundo real que provoqué antaño, cuando mis neuronas aún podían realizar las tareas para las que fueron diseñadas. Ahora, van a lo suyo, han conseguido sobrevivir organizándose como una entidad nacional independiente de mi, y no porque estuviera de moda, sino por causas relacionadas con la evolución natural de mi conducta. Esto es lo que sucede por dentro, por fuera, mi exoesqueleto sigue su curso vital, va siendo esculpido por la física de los acontecimientos, esperando permanecer en un sitio tranquilo, alejado de la vorágine y allá donde el por qué, el cuándo, el cómo y el dónde no signiquen nada.



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