Y respirar...
Mientras resuelvo las últimas horas de este año y de esta última década, no hago más que preguntarme a dónde se fue tanto tiempo, y si hemos aprendido algo en el recorrido o si seguimos como siempre. Y es que hay momentos en los que es mejor no balancear la situación, pues es el mismo paso de los años el que te da la perspectiva adecuada, y el que decide si aquella elección pasada fue acertada o no, así que esta vez intentaré no hacer ningún balance.
Recuerdo como hace unos 10 años me hice una serie de propósitos que no cumplí ni de lejos, así que esta vez lo único que deseo para esta nueva década y para todos vosotros es salud y trabajo, porque lo demás, si lo anterior no nos falla y buscando un poquito de suerte adicional, se puede conseguir perfectamente.
Será un simple ejercicio de responsabilidad inconsciente, una manera de encarar la vida paciente e inquietante a la vez, y de manera que dentro de otros diez años pueda echar la vista atrás y pensar que merece la pena seguir divagando sobre esto y aquello, sobre lo simple y fascinante que pueden llegar a ser las cosas que pasan, y sobre todo, sobre eso que sólo tú y yo sabemos.
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