Un paraiso perdido donde puedes encontrar todo y nada, capaz de lo mejor y lo peor, porque el término medio es solo un espejismo visto desde los extremos

31.12.10

Y respirar...


Mientras resuelvo las últimas horas de este año y de esta última década, no hago más que preguntarme a dónde se fue tanto tiempo, y si hemos aprendido algo en el recorrido o si seguimos como siempre. Y es que hay momentos en los que es mejor no balancear la situación, pues es el mismo paso de los años el que te da la perspectiva adecuada, y el que decide si aquella elección pasada fue acertada o no, así que esta vez intentaré no hacer ningún balance.

Recuerdo como hace unos 10 años me hice una serie de propósitos que no cumplí ni de lejos, así que esta vez lo único que deseo para esta nueva década y para todos vosotros es salud y trabajo, porque lo demás, si lo anterior no nos falla y buscando un poquito de suerte adicional, se puede conseguir perfectamente.

Será un simple ejercicio de responsabilidad inconsciente, una manera de encarar la vida paciente e inquietante a la vez, y de manera que dentro de otros diez años pueda echar la vista atrás y pensar que merece la pena seguir divagando sobre esto y aquello, sobre lo simple y fascinante que pueden llegar a ser las cosas que pasan, y sobre todo, sobre eso que sólo tú y yo sabemos.

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12.12.10

Suero musical: Sigur Rós - Glósóli

Porque ningún día es un día cualquiera, porque las circunstancias del momento lo exigen y porque más vale tarde que nunca, hoy necesito el suero musical de Sigur Rós. Es uno de esos momentos en que hay que tomar una determinación, en que lo verdaderamente importante no son las decisiones en sí mismas sino el tomarlas y mover ficha consecuentemente. Y porque lo importante no es como empieza sino como acaba...




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7.12.10

Recuerdos a contrarreloj


No sabía ni siquiera que esperábamos a alguien, y mucho menos que sería alguien como ella. Apareció sin llamar la atención pero con la seguridad suficiente de saber que podría dominar la situación cuando quisiese. He de reconocer que la primera impresión fue cuando menos cautivadora, y me sorprendió que el destino me sorprendiera con semejantes hechos.

Durante el poco tiempo que pude disfrutar de su compañía y antes de que me diera cuenta, afloraron sentimientos inconfundibles y lo suficientemente arraigados como para que aún hoy perduren. Disfrutaba con tan sólo su presencia, me encantaba escucharla dijera lo que dijera, me gustaba todo lo que hacía y decía aun cuando a veces no fuese de mi agrado, y no paraba de pensar en qué podría pasar si no se fuese a ir tan rápido.

Durante los úlimos días, los hechos fluctuaban a contrarreloj. La sensación, creo que mutua, de que por una vez algo eterno podría suceder, se entremezclaba con una nostalgia premonitoria de lo que pudo haber sido y no fue.

Y ahí se quedó todo, nos despedimos pensando que seguro que hubiera merecido la pena, pero las circunstancias precipitaron los acontecimientos, y ahora y desde entonces, sólo queda la posibilidad de mover ficha o esperar a que pase nada mientras la recuerdo cada día por lo bonito que pudo ser y fue mientras duró.

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