Estado neutro

El estado neutro, este es el último tránsito que surco. Ni siento ni padezco, transito pasmosa e irresponsablemente por la senda de las inseguridades más cotidianas, sin poner el más mínimo remedio al alcance de mis neurax. Mis ansias por pasar a un nuevo tránsito terminal son como un polvorín incombustible. Trafico con las sensaciones más ambiguas entre la inquietud y una abnegada e incomprensible admiración a la decepción.

No me queda otro remedio que estar a altura de las circunstancias, pues una nueva hecatombe intelectual se cierne sobre mí. Esperemos esta vez que los efectos colaterales no repercutan a las estrellas más cercanas.