Inevitable resurrección

Dicen que Dios aprieta pero no ahoga, a mi me estranguló directamente el día que empecé a ignorarlo por no hacerme caso, tampoco pedía tanto ni nada imposible, así que incumplí mi promesa. No es justo que tenga que pasar lo que me pasa en estos momentos, he sobrevivido a todo tipo de castigos divinos pero llega un momento en el que no puedo ni respirar la realidad, me asfixio con ella. Despúes de una temporada encerrado en mi mundo, sin salir más que para comprobar que aun había vida ahí fuera, me he dado cuenta que el mundo me acojona, no tengo derecho a quejarme con todo lo que hay por ahí, la injusticia y la miseria humana salen a relucir por cualquier esquina, pero yo no quiero sobrevivir como los demás. La única esperanza se refleja en la cara de un niño pequeño que no tiene ni la más remota idea de lo que le espera, claro que él tampoco aprendrá que para triunfar un mínimo en la vida hay que ser lo más egoísta posible y disimularlo lo mejor posible. Esto me ha recordado que he de volver al LIO más asiduamente.

Tengo la sensación de haber tirado dos meses a la basura, he estado estudiando como un imbécil para supuestamente conseguir un papelito que la gente llama título y se ha puesto de moda, dicen que sirve para comprobar si sabes una mierda o no sobre algo y poder así trabajar en algo digno a cambio del puto dinero, ya podrían dar comida, vivienda y diversión a cambio del trabajo, pero no, te dan el puto dinero y encima poco para joder más. Dos meses encerrados que no se los recomiendo a nadie, se pierden todas las perspectivas, mis habilidades sociales han quedado reducidas al pertinente saludo y poco más, y encima, se me ha encaramado a la chepa una opa hostil nada cómoda a modo de angustia desidiosa e impertinente. Ni siquiera el tratamiento a base de Felicidamine que otras veces funcionó lo hace ahora.

Sí, ya se que no escribo desde hace más de tres meses y que he cumplido mi primer año en la blogosfera, pero no voy ha decir nada al respecto, sería como decir lo siento después de propinar una bofetada, una obviedad. Lo único que quiero que conste en acta es que:

No volveré a escribir sobre lo aburrido que me resulta vivir como lo hace la mayoría...

No volveré a escribir sobre lo aburrido que me resulta vivir como lo hace la mayoría...

No volveré a escribir sobre lo aburrido que me resulta vivir como lo hace la mayoría...

No volveré a escribir sobre lo aburrido que me resulta vivir como lo hace la mayoría...

No volveré a escribir sobre lo aburrido que me resulta vivir como lo hace la mayoría...