Un paraiso perdido donde puedes encontrar todo y nada, capaz de lo mejor y lo peor, porque el término medio es solo un espejismo visto desde los extremos

18.4.05

Vaya mañanita

Hoy llevo dándole vueltas al mismo asunto todo el día. Esto de comerme tanto la cabeza es otro defecto que viene de fábrica, que le vamos hacer. A veces pienso que he debido nacer en la nebulosa de Orion y que con un simple programita y cuatro comandos me han insertado aquí para pasar desapercibido entre vosotros, no lo sé, quién sabe, a lo mejor formo parte de un experimento extraterrestre para comprender por qué un ser racional a veces no razona. El caso es que hay veces que por más que lo intento no logro comprender ciertos comportamientos humanos, a lo mejor es que mi programita no me da para más. Me refiero en particular al comportamiento de la gente a primera hora de la mañana, en día laborable y hora punta: parecemos (me incluyo por si las moscas) manadas de homo sapiens cabreadaos con unas prisas de mil demonios y con unas caritas de insatisfacción que, cuando menos, me preocupan. Pero, ¿hacia dónde vamos así?, esto no era lo que la evolución sugirió para nosotros hace miles de años cuando campábamos a nuestras anchas por el mundo. No sé si es que a la gente no le gusta el trabajo que tiene o no le gusta ningún trabajo ni ir a clases o es que el madrugar no nos sienta nada bien como especie o es que nos ha picado un mosquito cojonero. Es casi imposible encontrar una sonrisa que devolver a esas horas, ni provocándola. Los ejemplos son cotidianos: la competencia en los semáforos y pasos de cebra apurando al máximo a lo Fernando Alonso, o cuando pasa de largo un autobús y observando a los pasajeros, se te quedan mirando con una cara de zombis que parece que se los llevan al matadero. Que la gente esté estresada lo entiendo (en esto estamos todos en igualdad de condicines), que tengan sueño también, pero ¿por qué tanta prisa?, y las caras de perdonarte la vida, ¿se deben tambien al estres y al sueño? porque son caras distintas. Bueno, ya se que no se puede generalizar (que típico es esto) pero es que si no se diesen las excepciones que lo confirman, era para dejar de existir ahora mismo. En fin, lo único que me alivia es que conforme avanza el reloj la situación va mejorando por momentos hasta llegar a la mejor hora del día, aquella en que la puesta de sol te hace recordar que el día que empezaste tan frenético no era para tanto, puedes hacer balance de las sonrisas que has devuelto y puedes llegar a abstraerte tanto de la realidad que pienses que no eres de este mundo.

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1 Comments:

Anonymous Anónimo comenta...

Deberíamos entrar a currar después de comer hasta la hora que sea y el que quiera madrugar que madrugue.

viernes, 22 abril, 2005

 

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